VICENTE PÉREZ
El Cabildo de Tenerife ha aprobado la aceptación de la donación «libre y gratuita» de la deteriorada casa del corsario Amaro Pargo en el barrio de Machado (municipio tinerfeño de El Rosario), así como los terrenos que integran esta finca.
Así lo ha anunciado este martes 7 de octubre en un comunicado la directora insular de Patrimonio Histórico, Isabel de Esteban.
El inmueble se encuentra en estado ruinoso, pese a que en 1975 aún lucía en pie, tras décadas de abandono sin ningún tipo de medida de protección, incluyendo los años en que ha pertenecido a su último propietario, el conocido periodista Francisco Pomares, y los gravísimos daños causados por los buscadores de un tesoro inexistente.
Amaro Pargo nació en La Laguna en 1678 y falleció en esa misma ciudad tinerfeña en 1747.
El Cabildo acepta el ofrecimiento hecho por Pomares, que hace unos años compró el inmueble, en una época en que el Ayuntamiento de El Rosario -ya con el actual alcalde, Escolástico Gil, al frente- mostró interés en adquirir esta propiedad, tras ser la propia dueña quien hizo el ofrecimiento a esa Administración local.
Hay que tener en cuenta que recuperar ese bien patrimonial había sido una reivindicación del propio regidor municipal cuando estaba en la oposición.
Pero la operación se frustró porque en 2016 y 2018 el Cabildo también mostró interés en hacerse con el inmueble, al punto de que llegó a prever en sus presupuestos una partida para este fin, por lo que el consistorio se dirigió al gobierno insular para aclarar qué Administración publica era competente para negociar la adquisición de esta finca, sin obtener respuesta.
Un silencio institucional que llama poderosamente la atención y no ha pasado desapercibido para las autoridades municipales.
La propuesta de donación se conoció este mismo mes de octubre, al exponerla los aparejadores y profesores de FP jubilados Ángel Adán y Beatriz García en una conferencia impartida en la iglesia de Machado, donde explicaron sus dos años de activismo y gestiones en favor de rescatar la deteriorada hacienda, hoy en día al borde de la desaparición.
En su nota de prensa, la directora insular subrayó que “esta donación representa un paso muy importante en la protección del legado histórico de Tenerife·, pues «hablamos de un lugar emblemático que nos conecta con una de las figuras más singulares de la historia insular, Amaro Pargo, y que ahora pasa a formar parte del patrimonio público para garantizar su conservación y estudio”.
De Esteban añadió que “la incorporación de esta finca al patrimonio insular permitirá abordar futuras actuaciones de consolidación, restauración y puesta en valor del conjunto, en coordinación con el Gobierno de Canarias y con el Ayuntamiento de El Rosario, para asegurar su adecuada gestión y disfrute por parte de la ciudadanía”.
El terreno, inscrito en el sitio histórico Iglesia Nuestra Señora del Rosario y Casa de Los Mesa, forma parte además del Camino de Candelaria, todos estos elementos declarados Bien de Interés Cultural (BIC), en un eje de gran valor cultural e histórico.
El Cabildo insular tiene previsto incluir la casa que perteneció a este corsario en su Inventario General de Bienes y adscribirlo a la Consejería Insular de Presidencia, Administración y Servicio Público, Planificación Territorial y Patrimonio Histórico, lo que, según anuncia en su comunicado, «permitirá iniciar los trabajos técnicos previos a su recuperación patrimonial».
Adán y Beatriz, dos años de lucha por este BIC
En estos dos últimos años la reivindicación de salvar de la destrucción total este BIC la han abanderado Beatriz García Puertas y Ángel Adán Peñalosa, a quienes no solo les une el amor mutuo (son matrimonio) y la profesión de la que se han jubilado:,arquitectura técnica ( fueron profesores del IES Geneto), sino que sienten una querencia especial por esta antigua hacienda.
Esta pareja de activistas en favor de este histórico lugar ha insistido hasta la saciedad en que «no solo no hay tesoro en esta casa sino que el tesoro es la propia casa, y esta gente que viene a destruir un bien histórico lo que debería es ilustrarse con libros sobre este corsario, del cual sabemos ya muchas cosas gracias a historiadores serios, como los que contamos en la Universidad de La Laguna, y escritores como Alfredo López Pérez, que han escrito sobre este personaje histórico».
Un corsario de leyenda
Nacido en La Laguna de padres labradores y comerciantes, perteneció a una familia de siete hermanos, de los que tres se hicieron monjas. Con 14 años hizo a la mar, y ya con 21 era alférez. Acumuló un gran fortuna, con 900 fanegadas y 60 casas. Fue corsario y capitán de mar y tierra por designación real
Poseyó barcos con los que comerció con México, Venezuela, Cuba y el Mediterráneo, exportando malvasía y aguardiente de sus propiedades, y compraba y vendía cacao, telas, tabaco… Aunque en la época se comerciaba también con esclavos, nuestro corsario apenas lo hizo, y además facilitó la fuga de alguno de ellos.
Dejó como herederos a Amaro González de Mesa y Ana Josefa Rodríguez Felipe, sus sobrinos. La finca de Toriño, en Machado, figura entre las propiedades que recibieron del corsario.