PLANETA CANARIO
El Cabildo de Gran Canaria ha informado este domingo que recaba la documentación necesaria para presentar una denuncia ante la Fiscalía, contra el sacerdote Fernando Báez Santana, conocido como el padre Báez en su cara más mediática, para que investigue y califique los hechos referidos a sus manifestaciones que justifican el último crimen de violencia vicaria, con motivo del caso de las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, tras hallarse bajo el mar el cadáver de esta última (de 6 años). Asimismo, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, ha señalado su preocupación por este asunto a las autoridades eclesiásticas.
La Consejería grancanaria de Igualdad, Diversidad y Transparencia realiza la recopilación de las intervenciones del padre Báez referidas a este caso, que, tras un auto judicial dictado este sábado, ha pasado de un juzgado ordinario uno de violencia sobre la mujer, ya que el objetivo del padre de las niñas, Tomás Gimeno, era causar el mayor dolor imaginable a su exesposa, Beatriz, según la jueza que hasta ahora se ha encargado de la investigación, titular del Juzgado 3 de Güimar.
Tanto en radio como en redes sociales, el sacerdote ha realizado manifestaciones en las que considera que el presunto asesino es otra víctima, por la ruptura matrimonial y «la infidelidad», afirmando que las niñas estarían vivas si la madre no hubiera roto el matrimonio porque “antes el hombre aguantaba a las mujeres aunque se volvieran locas”. Asimismo, llega a decir que la madre «recoge lo que sembró», considerando que la vinculación de la madre de las niñas a una nueva relación de pareja es «robar hijos», por lo que además creee que no solo las niñas sino su padre, Tomás Gimeno, son «víctimas».
En el caso de la publicación que realizó el párroco en una red social (Facebook), el Cabildo grancanario ha constatado que ha sido borrada de su cuenta, pero se planteará solicitar por vía judicial la recuperación de ese texto, que coincide con otras manifestaciones realizadas por el mismo sujeto en video y radio, referidas al caso.
El gobierno del Cabildo reitera su «absoluta repulsa, ante las declaraciones de un individuo que utiliza los medios de comunicación y plataformas de redes sociales para transmitir mensajes machistas y de justificación de la violencia de género». «La actuación de este sacerdote es muy peligrosa por la representación religiosa que ostenta, y porque desde su catequesis predica mensajes contrarios a la igualdad entre los géneros, a la legislación vigente y a los principios éticos más elementales», subraya el Cabildo.
«En este caso de las niñas de Tenerife, además, ha originado un rechazo social inmediato, al verter mensajes de odio que atentan contra la legalidad vigente y los derechos de las personas, que en esta ocasión han tenido el resultado de muerte de las dos niñas, de las que ha sido localizado uno de los cadáveres», concluye el comunicado oficial.
Aunque se trabaja con la hipótesis de que el padre de las niñas se suicidara en el mar tras acabar con la vida de sus hijas, la magistrada del Juzgado 3 de Güimar ha dictado una nueva orden internacional de detención contra el padre de las menores, Tomás Gimeno, por la presunta comisión de dos delitos agravados de homicidio y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género (la anterior orden era por sustracción de menores).
Asimismo, en el auto judicial se da como principal hipótesis que Anna, la hermana de Olivia, de 1 año, también fue asesinada y su cuerpo arrojado al fondo del mar, aunque no ha podido ser localizado aún por el buque oceanográfico Ángeles Alvariño, que, gracias a su sonar y un robot submarino, sí ha podido recuperar el cadáver de Olivia.
Asevera la jueza que los antecedentes de la tragedia se remontan a un año atrás aproximadamente, cuando la relación entre Tomás y la madre de las niñas se rompió y esta última inició una nueva relación sentimental. “Desde entonces, Tomás mantuvo de forma constante un trato vejatorio y denigrante” hacia su expareja, “dirigiéndole a diario comentarios descalificativos, ofensivos y ultrajantes, en particular enfocados a menospreciarla por haber rehecho su vida con una nueva pareja, manifestándole además, de forma reiterada, que no toleraba que [su nueva pareja] compartiera momentos con sus hijas”, relata.