VICENTE PÉREZ
El debate sobre matar o no animales asilvestrados (entre ellos gatos, cabras y ovejas) para preservar especies autóctonas está más vivo que nunca. Y un nuevo conflicto ha surgido entre colectivos animalistas y el Cabildo tinerfeño. El motivo en esta ocasión está en el documento de aprobación inicial, por parte del gobierno insular (PSOE-Cs), de la Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad en la Isla de Tenerife, en la que se declara el uso de armas de fuego para el control de animales silvestres como «un método no cruento y el más seguro para las personas que participan en el control y de menos impacto para el bienestar animal».
Un drástico recurso, el de dar muerte a tiros, que se utilizará en los casos «en que no existe otra solución satisfactoria como las apañadas, trampas y los capturaderos». Pero los animalistas quieren que se descarten de forma definitiva las matanzas precisamente por ser un método que consideran cruento y no ético. Lo cierto es que el Cabildo se propone la «posible» erradicación en 5 años los animales asilvestrados en espacios naturales protegidos
Hay que recordar que los ayuntamientos de los tres municipios a los que pertenece al Parque Rural de Anaga (Santa Cruz, La Laguna y Tegueste) ya se han posicionado en sus plenos este año en contra de las armas de fuego y a favor de «métodos éticos» de control de herbívoros ante la amenaza que suponen para conservar plantas endémicas, un problema que los tres consistorios reconocen que es urgente solucionar, al tiempo que piden contar con pastores locales para capturar vivas a cabras y ovejas y y entregárselas -tras los preceptivos controles sanitarios- para que produzcan leche y quesos, sin matarlas.
El posicionamiento de los tres ayuntamientos al respecto ha sido promovido por la Red Canaria Solidaria contra el Matrato Animal, que propugna tener en cuenta el factor ético en todas las acciones del ser humano con la naturaleza, en el sentido de no causar sufrimiento innecesario.

El otro punto en conflicto entre el Cabildo y los animalistas estriba en el rechazo que muestra el gobierno insular en ese documento a utilizar los métodos de control basados en su captura, esterilización y retorno, que en la Estrategia se denominan por las siglas CES pero que la Red CABAMA prefiere nombrar como CER, al considerar la primera forma citada como una mala traducción del inglés, y, en cambio, defender como correcta la segunda.
Pues bien, en la Estrategia se plantea declarar este método como «contrario a la conservación de la biodiversidad» así como «contrario al bienestar de los animales por cuanto incumple la normativa europea, estatal y regional sobre la tenencia responsable y el cuidado de los animales». De esta forma, los gatos, cabras, ovejas u otras especies que sean apresados y esterilizados, no podrían devolverse a su estado asilvestrado.
La Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad, encargada a la empresa Bejeque Medio Ambiente y Diseño SLL, se ha realizado a instancias del área de Gestión del Medio Natural y Seguridad del Cabildo, que dirige la consejera Isabel García, y se publicó en el Boletín Oficial de la Provincia de Santa Cruz de Tenerife el 30 de junio pasado, tras aprobarlo el gobierno insular, y estuvo en información pública hasta el 31 de julio.
Las previsiones de este documento contra el CER y a favor de las armas de fuego pusieron sobreaviso a la Red Canaria de Abogados por el Bienestar Animal y su Medio Ambiente (CABAMA) y la página de Facebook CER Ético Santa Cruz de Tenerife -también a favor de este método- , que han fomentado en las redes sociales la presentación de alegaciones. Otras asociaciones animalistas han defendido igualmente estos procedimientos éticos.
Alegación de la Red Cabama: no a las armas de fuego y a que el gato sea catalogado de invasor

CABAMA ha presentado sus alegaciones, en las que en primer lugar discrepa de que el gato sea considerado especie invasora, como animal silvestre o asilvestrado, «cuando es un gato común doméstico, y que no se trata de un animal salvaje, cimarrón, silvestre o montés, que tampoco está catalogado en el RD 630/2013 de 2 de agosto, o en el Real Decreto 216/2019, de 29 de marzo».
Por ello, solicita que a este felino no se lo catalogue como especie invasora, ya que tal decisión «contraviene las normas legales Real Decreto 630/2013 que regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras y el Real Decreto 216/2019 por el que se aprueba a lista de especies invasoras preocupantes para la región ultra periférica de las Islas Canarias y por el que se modifica el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, que regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras».
Asimismo, esta red animalista, alarmada de lo que plantea el Cabildo, propugna que en lugar de legitimar las matanzas a tiros como métodos no crueles, la Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad en Tenerife establezca lo contrario, es decir: «Prohibir el uso de armas de fuego para el control de animales silvestres y a que es un método cruento y fomentar la colaboración de la ciudadanía y asociaciones especializadas en el Bienestar animal en el control de poblacional de especies».
Los animalistas defienden el método CES

La red CABAMA alega que el método CER (control, esterilización y retorno), es un procedimiento «científico de control de población de colonias felinas totalmente legal, eficaz y ético, y tanto es así que el Consejo General de Veterinarios de Canarias lo incluyó hace unos meses entre sus
alegaciones a la Ley de Bienestar Animal Canaria, manifestando que es el único medio eficaz, legal y ético de control de las poblaciones de gatos comunitarios».
Recuerda esta asociación animalista que «la sociedad canaria actual exige métodos éticos con el trato hacia los animales y el CER es un método de control de población felina avalado científicamente que cada vez más administraciones lo incluyen en sus políticas públicas, amén de muchos países europeos».
A juicio de este colectivo de abogados animalistas, incluso erradicar estos animales de algunos espacios «no es incompatible con métodos éticos de mitigación de los potenciales impactos sobre determinadas especies amenazadas en un territorio y mucho menos que la ley mencione el exterminio como opción para la erradicación o la supresión per se de las colonias en determinados lugares».
La Estrategia para la Conservación de la Biodiversidad en la Isla de Tenerife, subraya la Red CABAMA, «no aporta, ni se basa, en ningún informe técnico conforme a la Ley de Evaluación Ambiental que dé cobertura a sus aseveraciones, teniendo en cuenta que en Canarias no hay gatos silvestres, ni cimarrones, salvajes o monteses».
Asilvestramiento de animales, «principal amenaza» para la biodiversidad en Tenerife

La Estrategia de Biodiversidad de Tenerife se ha elaborado para que tenga una vigencia de 10 años, y, según se justifica en el documento publicado por el Cabildo, surge porque en esta isla, como en las demás, » la vulnerabilidad ante las invasiones aumenta considerablemente, llegando a producirse importantes cambios a nivel ecosistémico y ser las especies invasoras uno de los principales factores de amenaza para la biodiversidad más singular de la isla (especies “en peligro de extinción”, “vulnerables” y especies incluidas en la Directiva Hábitat).
En el texto aprobado de manera inicial por el gobierno del Cabildo se diagnostica que «el abandono y asilvestramiento de animales en el medio natural constituye actualmente la principal amenaza para los ecosistemas tinerfeños». De ahí que señale que «para la conservación de la biodiversidad, es importante considerar los resultados negativos que producen la presencia de animales asilvestrados como gatos y perros o animales de producción como las cabras, ovejas, conejos y muflones en entornos naturales, afectando a la biología y ecología de especies nativas de las Islas Canarias, sobre las cuales se han demostrado en la abundante bibliografía científica los efectos negativos causados».
Se apunta además en la Estrategia que «la disposición adicional segunda del Real Decreto 639/2013 del Catálogo de Especies Invasoras considera como exóticos invasores. “…b) Los ejemplares de los animales de compañía, animales exóticos de compañía, domésticos y de producción asilvestrados, sin perjuicio de lo establecido en la legislación de protección y bienestar de animales de compañía y en la Ley 8/2003».

En el artículo 10 del citado Real Decreto establece que “Las administraciones competentes adoptarán, en su caso, las medidas de gestión, control y posible erradicación de las especies incluidas en el catálogo», medidas que se aplicarán «según las prioridades determinadas por la gravedad de la amenaza y el grado de dificultad previsto para su erradicación.
Además, el Estatuto de Autonomía de Canarias incluye entre los principios rectores de las instituciones públicas el de velar «por el bienestar animal, luchando contra el maltrato y protegiendo de manera particular a aquellas especies en peligro de extinción y endemismos con presencia en el Archipiélago.”
Según el Banco de Datos de Biodiversidad del Gobierno de Canarias, en la isla de Tenerife habitan casi 10.000 especies silvestres, de las que 887 son endemismos exclusivos de la isla y, por tanto, no se encuentran en ningún otro lugar del mundo en estado natural.
Quejas por falta de un proceso participativo antes de la aprobación inicial

En un comunicado que divulgó en junio pasado, la consejera del Medio Natural, Isabel García, definió esta Estrategia como «una herramienta fundamental para la gestión de la biodiversidad de la isla”, aunque, aclaró, “no se trata, en ningún caso, de un texto normativo, sino de un documento que desde el punto de vista científico analiza la realidad de las especies, influidas por la presencia humana, el cambio climático, etcétera, y propone acciones de gestión tanto desde el punto de vista biológico hasta el de la ordenación territorial”.
La consejera indicó entonces que para la redacción de este plan se tuvieron en cuenta» las aportaciones de distintos profesionales recogidas en siete talleres técnicos un gran número de grupos multidisciplinares científicos, técnicos, expertos en los distintos sectores de la conservación del medio natural, sector agrícola, forestal y marino”.
Pero la Red CABAMA ) se queja de para elaborar la Estrategia «no se ha contado con todos los operadores sociales, profesionales
y jurídicos en materia animal, y solo ha sido desarrollado por equipos afines a los promotores de la iniciativa, por lo que han sido excluídas las asociaciones de Bienestar y Protección Animal así como colectivos especializados en Zoonosis, Protección y Derecho Animal, como puedan ser veterinarios y abogados», cuya participación se limita a entregar alegaciones una vez aprobada de forma inicial.