VÍCTOR YANES
Belén Lorenzo no para de inventar grandes universos en pocas palabras. Esta brillante escritora, que cultiva el terreno de la concisión como hecho casi consustancial a su manera de ser, nació en Santa Cruz de la Palma en 1980. Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Laguna y en Historia y Ciencias de la Música por la Universidad de La Rioja, se muestra entusiasmada ante el panorama actual de la cultura en la isla de La Palma y con el buen momento que atraviesa el género que ella trabaja, el aforismo. Sencilla y muy afable, Belén concede una entrevista a PLANETA CANARIO, un diálogo ameno para conocer mejor a la autora palmera.
¿Cómo empezaste a tomar contacto con la creación literaria?.
«Empecé siendo lectora. Mi madre me enseñó a leer y a tener curiosidad por los libros, y de tanto leer e imaginar, al final caí en la escritura. Lo hice sin un planteamiento claro, nunca pensé que acabaría publicando. De hecho, al principio no le mostraba a nadie lo que escribía. En ese sentido, el paso definitivo fue la creación del blog Relatos para leer de pie, porque me permitió acostumbrarme a que mis textos fueran leídos por otros ojos que no fueran los míos y me abrió las puertas para empezar a publicar.
¿Qué ha significado en tu vida la actividad creativa, poder contar el mundo como tú lo ves, a través de una herramienta tan poderosa como es la palabra?
«Al principio fue una manera de volcar hacia fuera cosas que se tienen dentro, pero luego, con el tiempo, fue también una forma de poner palabras a lo que experimentan otras personas. Es decir, vi que mis textos resonaban dentro de los lectores, y eso ha sido un regalo. Ahora percibo la escritura como un vínculo, como un medio de conexión con las personas que me leen, y eso es fantástico. Hoy siento que escribir y comunicar es mi sitio, mi lugar en el mundo».
A tu primer libro de microrrelatos, Breve historia de un cuento que soñaba con ser un título, le siguen algunas experiencias en proyectos conjuntos; te decides a publicar y presentar tu primera obra en solitario, un libro de aforismo titulado A pesar de todo. ¿Cómo ha sido esa travesía creativa, desde el microrrelato a la materialización de esa economía de la palabra presente en los aforismos?
«En el fondo, la economía de palabras es algo que va conmigo, soy concisa por naturaleza. Desde siempre he tenido problemas para extenderme con las palabras, porque prefiero aprovechar el potencial comunicativo de cada una de ellas. La evolución de los microrrelatos a los aforismos fue natural, casi no hubo transición. De hecho, algunos de esos primeros textos funcionaban ya como sentencias que iban acompañadas de un título, y sería complicado encasillarlos en un género o en otro. Digamos que empecé siendo microrrelatista y terminé como aforista porque entre esos dos lugares de la creación literaria existe una puerta que los comunica».
¿Qué te atrae del carácter de frase sentenciosa y directa presente en el aforismo?
«Me gusta su forma de expandirse: aunque sea breve, el aforismo dice mucho más de lo que parece en un primer momento. Es una explosión de significado que se despliega en muy poco tiempo. Lees unas cuantas palabras
y no puedes apartar la vista de ellas y continuar, necesitas quedarte unos segundos más pensando en ellas. En un género con una gran riqueza que anima a investigarlo y adentrarse en él, y eso hace que sienta cada vez más curiosidad como escritora y como lectora».
¿Consideras que las redes sociales, principalmente el Twitter, con su limitación de caracteres puede haber influido en el auge e interés por el aforismo?
«Sí, aunque en el fondo, creo que el factor que más ha influido es la rapidez de la vida que llevamos. Es ella la responsable de que prolifere Twitter, los aforismos, los cortometrajes, etc. Vivimos de prisa y consumimos de prisa, es nuestra forma de ser hoy. El aforismo es un género actual por eso, porque responde a la necesidad que tenemos de leer y reflexionar en cuestión de segundos».
«La Palma es un lugar efervescente, los jóvenes producen y consumen cultura, y las mujeres desarrollan su talento sin cortapisas»
Actualmente en España hay magníficos escritores que cultivan el sobrio terreno de la concisión aforística. ¿Cómo consideras el actual estado salud de este género?
«Muy bueno. Existen aforistas inmensos que, además, trabajan por el género y lo dan a conocer. Cada vez hay más publicaciones individuales y más antologías, y es probable que esta tendencia vaya a más en los próximos años. Hace poco leí la obra de Carmen Camacho Fuegos de palabras: El aforismo poético español de los siglos XX y XXI (1900-2014), y pude disfrutar de distintas maneras de entender el género y comprobar la riqueza de sus
posibilidades. Y dentro de este panorama, Canarias no se ha quedado atrás. Tenemos el caso, por ejemplo, de Sergio García Clemente, que fue ganador del I Premio José Bergamín de Aforismos, y cuya escritura se ha ido consolidando con la publicación de varias obras posteriores a esa distinción. Por lo tanto, creo que el estado de salud del aforismo no solo es muy bueno, sino que será mejor con el tiempo».
Resides actualmente en La Palma, ¿podrías hacernos una radiografía de cómo ves el momento cultural en el que está la isla?
«Veo un lugar efervescente, en el que se están haciendo grandes cosas, donde los jóvenes producen y consumen cultura y las mujeres desarrollan su talento sin cortapisas. Nada es perfecto, por supuesto, pero considero que el rumbo es adecuado. Tenemos actividades de todo tipo y mucho potencial por explorar, o así lo veo desde mi perspectiva».
¿Qué proyectos que tienes en mente?
«Ahora mismo, mi principal proyecto es la promoción de un libro de microrrelatos que está a punto de salir a la venta. Se titula Etéreos y lo he ambientado en una isla ficticia: recoge las historias de los habitantes de un lugar con mucha magia en el que a veces suceden cosas extrañas. La cubierta del libro es una preciosa fotografía de Emilio Barrionuevo, en blanco y negro, donde se ve una bailarina. La edición está al cuidado de Elena Morales, de Escritura entre las nubes, así que repito editora y fotógrafo, pues ambos trabajaron conmigo en mi libro anterior, A pesar de todo. En abril estará a la venta, y entonces mi mente ya solo estará ocupada por esas historias y esos seres etéreos que están deseando darse a conocer».