VICENTE PÉREZ
El Gobierno de Canarias continúa con los trámites de uno de los mayores proyectos turísticos previstos en Tenrife para los próximos años, en Punta de Abona (Arico), y que ha sido declarado estratégico para acortar los plazos administrativos que lo hagan viable.
Se trata de una inversión que superará los 363 millones de euros promovida por la empresa Playa de Arico, controlada por la familia italiana Giacomini, que prevé emplear a unas 1.600 personas, de las que 1.493 formarán parte de la plantilla de cuatro hoteles de cinco estrellas con un total de 2.985 plazas, un gran parque recreativo, un balneario para talasoterapia y un centro comercial.
Para hacerlo viable la Viceconsejería de Política Territorial tiene ya avanza la suspensión de las normas subsidiarias de Arico, de modo que se ordene este sector costero mediante unas normas sustantivas de aplicación transitoria, que luego serán incorporadas al Plan General de Ordenación del municipio.

Del estado de este expediente PLANETA CANARIO ha solicitado información a dicho organismo -al frente del cual se halla en funciones el viceconsejero Jesús Romero-, que, como escueta información, solo ha facilitado el dato de que se están elaborando «los informes técnicos y jurídicos» pertinentes.
El pasado año salió a información pública la evaluación ambiental de la nueva ordenación territorial de Punta de Abona. Se trata de un área no urbanizada aún, en un tramo de costa con rincones volcánicos paradisiacos, algunas playas de arena fina, un amplio tabaibal y un conjunto de construcciones que quedaron inacabadas hace siete décadas, que iba a ser destinadas a leprosería, algunas con valores de patrimonio histórico, por lo que el Cabildo ha pedido su rehabilitación.
Como 178 campos de fútbol
El ámbito suma 1,78 millones de metros cuadrados. El documento que salió información pública fue sido elaborado, en su parte urbanística, por el equipo de arquitectos Palerm & Tabares de Nava, con la colaboración, en el apartado ambiental, de las empresas Geodos y Solitec; en los aspectos jurídicos, por José María Sainz-Ezquerra Méndez, y en el estudio de impacto económico, los economistas José Luis Rivero Ceballos y Urbano Medina.
De la superficie total, 1,17 millones de metros cuadrados afectados son de suelo rústico de diversas categorías de protección (364. 573 ambiental) y uso; otro con 608.239 urbanizables (el 34% del total del sector), de los que 370.934 son edificables, para los hoteles, todo ellos en el ámbito de Los Llanos de la Punta.
También se destinarán 4.331 metros cuadrados para un parque público y una plaza en la zona más próxima al núcleo habitado hoy en día; 14.000 metros cuadrados para equipamientos docentes, sanitarios, de seguridad ciudadana y deportivos; 11.801 para un viario (que se plantea sobre el trazado de un camino de tierra existente, con conexiones a la carretera El Porís-La Punta y a la avenida Ocira, entre el enlace de Abades a la autopista TF-1 y el núcleo de Los Abriguitos), y otros 4.952 para obras hidráulicas y de saneamiento, incluyendo una estación depuradora de aguas residuales.
Condicionantes del Cabildo
Tras su paso por el Cabildo de Tenerife, durante el pasado mandato se le pusieron algunos condicionantes al proyecto. Así, el consejero de Planificación en ese momento, Miguel Ángel Pérez, explicó que, respecto al documento inicial presentado por los promotores, se ha suprimido un gran campo de golf (se sustituye por un parque recreativo); se han alejado de la costa los hoteles, que no irán en primera línea de playa sino junto a la autopista del sur; se ha evitado, al menos de momento, la demolición del sanatorio-leprosería (obras inacabadas hace 80 años por sus valores de patrimonio histórico), y se replantarán 67 hectáreas de tabaibal dulce para compensar otras tantas de esa planta que serán desbrozadas para este proyecto.
El proyecto fue presentado hace varios años en el Cabildo por los inversores italianos, y la Administración insular decidió, con la anterior legislación del territorio (todavía no estaba en vigor la Ley del Suelo), solicitar la suspensión del planeamiento general de Arico en ese ámbito, para hacer una nueva ordenación, cuya evaluación ambiental ya estuvo en información al público.
«Un indudable cambio paisajístico en una franja costera degradada»
La ordenación propuesta producirá, según el documento de evaluación ambiental, «un indudable cambio paisajístico, ya que se va a pasar de un espacio natural o seminatural a un entorno urbanizado». Además, el parque recreativo previsto [con amplias zonas verdes] tendrá también «un indudable impacto paisajístico en una zona árida». En todo caso, concluye que no se produce una «alteración ecológica, territorial y paisajística inaceptables», puesto que «las condiciones actuales de esta franja costera presentan un alto grado de degradación, los terrenos son básicamente eriales y no han sido destinados específicamente a alguna actividad económica».
Por el momento este proyecto no ha tenido en contra ningún movimiento ecologista ni político organizado, al menos no se ha hecho visible, aunque sí algunas voces aisladas que cuestionan que se continúe urbanizando la costa sur de Tenerife. La culminación de su trámite administrativo corresponderá a un Gobierno canario de distinto signo político que el anterior, pues en unos días se formará un nuevo Ejecutivo fruto del pacto entre PSOE, NC, Sí Podemos y ASG.
La creación de empleo, argumento de la exalcaldesa

La anterior alcaldesa de Arico, Elena Fumero, durante cuyo mandato se produjeron los mencionados trámites, explicó en su momento a PLANETA CANARIO que «la recuperación de este litoral es de gran importancia porque será una zona que generará empleo en el municipio, desarrollo turístico, recuperación medioambiental, y conservación y mantenimiento de la magnífica y singular joya arquitectónica como es la iglesia del arquitecto de Granadilla, Marrero Regalado, sin terminar dentro del proyecto de la leprosería».
Fumero argumentó que «actualmente, nos encontramos ante una superficie totalmente afectada por particulares que se han metido de ocupas en los barracones y vivienda, extracción de tierras, destrucción paisajística, acampadas descontroladas en un suelo privado de una superficie, fiestas incontroladas convocadas por las redes sociales, residuos…» y además subrayó que «lo hoteles que no serán visibles desde la autopista».
La leprosería será objeto de un plan especial
La ordenación de una amplia zona donde se hallan las construcciones sin terminar que en los años cuarenta del pasado siglo iban a destinarse a leprosería y luego acabarían siendo campo de maniobras del Ejército ha sido remitida a un plan especial posterior, con el objeto de definir el destino de estas edificaciones y los criterios de integración con el equipamiento de uso recreativo al que se ha de destinar la parcela en la que se localizan. En todo caso, el Servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo ha sido claro en defender que se rehabilite el conjunto, de modo que no se salve solo la iglesia. Esta parte también es propiedad de los inversores italianos, tras comprársela al Ejército.
La obra fue diseñada por el prestigioso arquitecto José Enrique Marrero Regalado, en la década de los 40 del pasado siglo, y aunque quedó inacabada, su sello en fachadas y en la disposición del conjunto arquitectónico es evidente.